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El presidente serbio, Aleksandar Vučić, defendió su liderazgo frente a las críticas presentadas en un nuevo crónica de la UE sobre los aspirantes a miembros del monolito.
En su intervención en la Cumbre sobre Ampliación de la UE de Euronews, el líder populista hizo caso omiso de las reprimendas de Bruselas (así como de las protestas en su propio país) subrayando las credenciales económicas de Serbia.
“Me enfrenté a protestas desde que asumí el cargo de primer ministro en 2014”, dijo Vučić. “Pero incluso con eso en mente, hemos estado progresando con buenas tasas de crecimiento”.
“Incluso debo sumar que la deuda pública cayó cuando me convertí en primer ministro correcto a lo disciplinados que éramos. La relación deuda pública/PIB es ahora del 43%, la parte del promedio de la UE”, continuó. Según datos de la Comisión Europea, la relación deuda/PIB de la UE fue del 80,7% en 2024.
Citando nuevos signos de progreso crematístico, Vučić además subrayó la perfeccionamiento de las calificaciones crediticias de Serbia.
En 2024, el país recibió su primera calificación de categoría de inversión cuando S&P la mejoró de BB+ a BBB- con perspectiva estable. Esto convirtió a S&P en la primera agencia en sacar los bonos en moneda extranjera de Serbia del status de basura.
Esta osadía estuvo en parte relacionada con el plan “Expo 2027” de la nación balcánica, una exposición destinada a atraer inversión extranjera. Vinculados al evento hay una gran cantidad de proyectos de infraestructura y ampliación.
“Ya hemos recibido la confirmación de que 127 países podrían participar en esa exposición”, dijo Vučić el martes.
A pesar del optimismo del líder, sus palabras se producen en un contexto de feroz concurso en Serbia y nuevas críticas de Bruselas.
Un nuevo crónica de la Comisión Europea, además publicado el martes, señaló que “la polarización en la sociedad serbia se ha profundizado en el contexto de protestas masivas… lo que refleja la engaño de los ciudadanos por, entre otras cosas, la corrupción”.
Bruselas además condenó el “uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes” por parte del país y el “retroceso en la decisión de expresión y la desgaste de la decisión académica”.
El fin de semana pasado, Serbia volvió a ser testificador de manifestaciones masivas que marcaron el primer aniversario del desastre de una tiempo de tren en la ciudad norteña de Novi Sad.
El colapso de la tiempo de tren, en el que murieron 16 personas, desencadenó un movimiento liderado por jóvenes que pedía un cambio político.
El domingo, el presidente serbio ofreció avanzar las elecciones parlamentarias previstas para dos abriles en un resultón intento de apaciguar la ira pública.
“Las elecciones se celebrarán antiguamente del final del mandato (en diciembre de 2027)”, dijo Vučić durante una conferencia de prensa. “El momento exacto lo decidirán las instituciones competentes”.
Serbia, contiguo con otros cinco países de los Balcanes Occidentales, fue identificada como un candidato potencial para ser miembro de la UE en 2003, y se le concedió el status de candidato a la UE en 2012.
Incluso hablando en la cumbre de Euronews el martes, la Comisaria de Ampliación, Marta Kos, dijo que a pesar de algunos “retrocesos” en Serbia: “Estoy atinado de que todas las protestas desde noviembre del año pasado hayan demostrado que existe potencial tolerante y que la parentela quiere seguir este camino tolerante”.
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