Los voluntarios que dirigían el prueba no fueron completamente sin duda. Las ideas enviadas fueron seleccionadas de acuerdo con un política de moderacióny no se publicaron ideas redundantes. Ford dice que se publicaron el 51% de las ideas y que el 31% se consideró redundante. En torno a del 6% de las ideas no se publicaron porque estaban completamente fuera de tema o contenían un ataque personal.
Pero algunos investigadores que estudian las tecnologías que pueden hacer que la democracia sea una pregunta más efectiva si solicitar información de esta modo es una forma confiable de comprender lo que una comunidad quiere.
Un problema es la autoselección, por ejemplo, ciertos tipos de personas tienden a presentarse a foros en persona como los ayuntamientos. La investigación muestra que las personas mayores, los propietarios y las personas con altos niveles de educación son las más propensas a asistir, dice Fung. Es posible que estén en descanso una dinámica similar entre los residentes de Bowling Green que decidieron participar en el plan.
“La autoselección no es una forma adecuada de representar las opiniones de un divulgado”, dice James Fishkin, un politólogo de Stanford que es conocido por desarrollar un proceso que él fogosidad encuestas deliberativas, en la que una muestra representativa de los residentes de una población se une durante un fin de semana, pagó rodeando de $ 300 por su décimo, y pidió a adrede en pequeños grupos. Otros métodos, utilizados en algunos gobiernos europeos, utilizan grupos de residentes estilo miembros para tomar decisiones de política pública.
Lo que está claro para todos los que estudian la efectividad de estas herramientas es que prometen mover una ciudad en una dirección más democrática, pero no sabremos si el prueba de Bowling Green funcionó hasta que los residentes vean qué hace la ciudad con las ideas que plantearon.
“No se puede hacer una política basada en un tweet”, dice Beth Simone Noveck, quien dirige un laboratorio que estudia la democracia y la tecnología en la Northeastern University. Como ella señala, los residentes votaban con ideas de 140 caracteres, y ahora deben formarse en políticas reales.
“Lo que viene posteriormente”, dice ella, “es la conversación entre la ciudad y los residentes para desarrollar una breve propuesta en poco que efectivamente se pueda implementar”. Para que los residentes confíen en que su voz efectivamente importa, la ciudad debe tener claro por qué está implementando algunas ideas y no otras.
Por ahora, los organizadores han obtenido los resultados divulgadoy harán recomendaciones al liderazgo del condado de Warren a finales de este año.