
Hay una paradoja en el corazón del contemporáneo panorama energético mundial: a pesar de la inestabilidad total, los precios del petróleo siguen siendo moderados mientras la ofrecimiento sigue superando a la demanda.
En su World Energy Outlook 2025, la AIE dijo que la energía se encuentra en el centro de las tensiones geopolíticas actuales.
Las amenazas tradicionales al suministro de combustible ahora se ven agravadas por restricciones, mientras que la electricidad enfrenta una exposición cada vez decano a riesgos cibernéticos, operativos y relacionados con el clima.
La agencia esbozó un contexto enredado en el que los países están utilizando diferentes palancas para obtener sus prioridades de seguridad y asequibilidad energética, algunos cambiando a energías renovables y otros enfatizando la importancia de los suministros de combustible tradicionales.
Aunque los riesgos del cambio climático están aumentando, siendo 2024 el año más caluroso registrado, hay menos voluntad política para impulsar los esfuerzos nacionales e internacionales para ceñir las emisiones.
La energía nuclear está más de moda que nunca y más de 40 países la incluyen en sus estrategias y medidas de implementación para desarrollar nuevos proyectos.
La inversión ha aumentado en grandes plantas tradicionales y en nuevos diseños, como pequeños reactores nucleares.
“Posteriormente de más de dos décadas de estancamiento, la capacidad mundial de energía nuclear aumentará al menos un tercio hasta 2035”, dijo la AIE.
Inmediato a los viejos riesgos en la seguridad del suministro de petróleo y gas, existen nuevas vulnerabilidades en otras áreas, especialmente en las cadenas de suministro de minerales críticos.
El decano peligro que rodea a los minerales críticos reside en el parada graduación de concentración del mercado.
Un país domina la refinación de 19 de 20 minerales estratégicos relacionados con la energía, con una billete de mercado promedio de en torno a del 70%, señaló la agencia.
Los minerales críticos son indispensables no solo para las redes eléctricas, las baterías y los vehículos eléctricos (EV), sino además para los chips de IA, los motores a reacción, los sistemas de defensa y otras industrias estratégicas.
En noviembre, más de la parte de estos minerales esencia están sujetos a algún tipo de restricción de exportación.
Pero construir cadenas de suministro más diversas y resilientes para minerales críticos requerirá una obra política coordinada, ya que las fuerzas del mercado por sí solas no serán suficientes, advirtió la AIE.
En un mundo acosado tanto por amenazas naturales como por malos actores, además existe una pobreza urgente de vigorizar la resiliencia contra las crecientes amenazas relacionadas con el clima, los ciberataques y otras actividades maliciosas dirigidas a infraestructuras críticas.
Según la AIE, las recientes interrupciones anuales en sistemas energéticos críticos han afectado el suministro de energía a más de 200 millones de hogares en todo el mundo.
Las sequías están reduciendo la producción de energía hidroeléctrica y de algunos generadores térmicos, mientras que tormentas, inundaciones e incendios forestales están obligando a cierres y dañando instalaciones que van desde plantas solares hasta plataformas marinas de petróleo y gas.
Las líneas eléctricas siguen especialmente expuestas y las redes de transmisión y distribución se ven afectadas en aproximadamente el 85% de los incidentes. Se prevé que los riesgos relacionados con el clima aumenten en todos los escenarios, cada uno de los cuales excederá los 1,5 °C de calentamiento de forma recurrente cerca de 2030, y las trayectorias divergirán solo a posteriori de 2035.
La agencia concluyó que “los desafíos urgentes de seguridad energética son prioritarios para los responsables de las políticas energéticas de hoy, y requieren el mismo espíritu y enfoque que mostraron los gobiernos cuando crearon la AIE a posteriori de la crisis petrolera de 1973”.
La voluntad política es positivo para chocar los desafíos energéticos actuales, pero ese podría ser el expediente más escaso de todos. Una lapso a posteriori de la firma del Acuerdo de París, algunos compromisos nacionales formales se han débil y Estados Unidos se ha retirado del acuerdo.
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