El presidente Nicolás Madurado denunció delante la ONU y los países de América Latina y el Caribe una campaña de embestida marcial y actos de “piratería estatal” por parte de Estados Unidos que violan el derecho internacional y amenazan la paz regional.

El presidente venezolano, Nicolás Madurado, denunció delante la ONU una ascenso de embestida marcial estadounidense en el Caribe. Foto: Oficina de Prensa Presidencial

22 de diciembre de 2025 Hora: 6:31 pm

El presidente venezolano, Nicolás Madurado, emitió una carta dirigida a los jefes de Estado de América Latina y el Caribe, así como a los 194 estados miembros de la Asamblea Genérico de las Naciones Unidas, denunciando una ascenso de embestida por parte del gobierno de Estados Unidos que, asevera, pone en aventura la seguridad regional y el orden forense internacional.

La carta centra su advertencia en la convocatoria “Operación Lanceta del Sur”, un despliegue marcial que incluye la presencia de submarinos nucleares frente a las costas venezolanas con el pretexto de operaciones antidrogas. El gobierno bolivariano califica esta movilización como “un acto de intimidación sin precedentes en la región en las últimas décadas” y una “amenaza directa del uso de la fuerza”, argumento expresamente prohibida por la Carta de las Naciones Unidas.

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El mandatario sudamericano enfatizó que estas operaciones violan los acuerdos regionales que declaran al Caribe Zona de Paz y zona suelto de armas nucleares. Adicionalmente, señaló que entre septiembre y diciembre de 2025 se registraron 28 ataques armados en el Mar Caribe y el Pacífico Uruguayo contra embarcaciones civiles, que resultaron en 104 ejecuciones extrajudiciales, “muchas de ellas en náufragos”.

Igualmente sostuvo que estos actos constituyen violaciones al derecho a la vida, consagrado en el artículo 3 de la Manifiesto Universal de Derechos Humanos y el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Manifestó por otra parte que los incidentes contravienen los Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo Adicional I de 1977, que exigen la protección de los civiles, los heridos y los náufragos, y establecen la obligación de distinguir claramente entre combatientes y civiles.

El presidente rechazó que se trate de incidentes aislados, al considerarlos parte de una ejercicio sistemática de uso mortífero de la fuerza, llevada a agarradera fuera de cualquier situación admitido internacional e incluso en violación de la Constitución de Estados Unidos. Indicó que estas acciones han generado un intenso debate interno en EE.UU., donde sectores del Congreso y la opinión pública están expresando su rechazo.

En la carta, el presidente todavía denunció como “piratería de Estado” la incautación en el mar de dos barcos que transportaban cuatro millones de barriles de crudo venezolano, calificándolo de acto ilegal de violencia y saqueo. Advirtió por otra parte que un soledad naval incondicional contra el transporte de energía no sólo viola la soberanía venezolana sino que todavía tendrá repercusiones globales en el suministro de energía y aumentará la inestabilidad en los mercados internacionales, afectando particularmente a las economías más vulnerables.