Home NEGOCIOS Las empresas italianas que operan en Rusia canalizan 1.000 millones de euros en impuestos a la maquinaria de refriega del Kremlin.

Las empresas italianas que operan en Rusia canalizan 1.000 millones de euros en impuestos a la maquinaria de refriega del Kremlin.

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Las empresas italianas que operan en Rusia canalizan 1.000 millones de euros en impuestos a la maquinaria de refriega del Kremlin.

Las empresas italianas que operan en Rusia canalizan 1.000 millones de euros en impuestos a la maquinaria de refriega del Kremlin.

Las empresas italianas que aún operan en la Tratado Rusa están llenando las arcas de refriega del Kremlin a pesar de las sanciones activas de la UE, según datos compilados por la Escuela de Patrimonio de Kiev como parte de su tesina Desentenderse Rusia.

Según Andrii Onopriienko, director del tesina, las empresas italianas pagan cada año rodeando de 346 millones de euros en contribuciones, por un total de rodeando de 1.037 millones de euros desde que se lanzó el ataque a gran escalera contra el vecino occidental de Rusia.

Aproximadamente la medio de este patrimonio, confirma Onopriienko, “se invirtió en gastos militares para financiar la refriega contra Ucrania”.

Algunas empresas están indecisas

La iniciativa Leave Russia se lanzó para crear una colchoneta de datos en semirrecta para monitorear las actividades de las principales multinacionales que todavía hacen negocios en Rusia durante los últimos 3 primaveras.

La colchoneta de datos clasifica a las empresas según su país de origen, el sector en el que operan y su situación coetáneo. Es aseverar, si siguen activos comercialmente en el país, han suspendido operaciones o han sucio la Tratado a consecuencia de sanciones.

Según los datos de las autoridades fiscales rusas, la información financiera apto en semirrecta y el seguimiento de la prensa, 146 empresas italianas siguen operando en Rusia, una treintena de las cuales han anunciado que planean dejarse llevar el país en algún momento, mientras que otras 70 han mantenido una presencia admitido en paraje ruso.

El resto de empresas siguen exportando a Rusia.

Estados Unidos y Alemania encabezan la relación

Gigantes italianos como el fabricante de chocolate Ferrero, el productor de pasta Barilla y el doble en calcetería femenina Calzedonia son algunas de las empresas que han mantenido sus actividades comerciales.

Los pesos pesados ​​del gas y la electricidad Enel y Eni, así como el diseñador de ropa de ostentación Moncler, se encuentran entre las ocho empresas que han cesado sus operaciones en Rusia.

Si aceptablemente Italia se encuentra entre los países europeos con anciano número de operaciones activas, países como Alemania mantienen la friolera de 459 empresas y el Reino Unido más de 290.

Estados Unidos mantiene una presencia comercial aún anciano con 810 empresas.

Las empresas operan en zonas grises

Si aceptablemente las cifras son impactantes (especialmente considerando el firme apoyo del gobierno italiano a la causa ucraniana tanto políticamente como en términos de envíos de armas), la mayoría de estos productos ingresan al país a través de lagunas jurídicas o comercio indirecto.

“En primer área, existe una zona apagado del comercio que existe más allá de los datos recopilados y que está formada por empresas que han sucio el mercado pero logran acaecer por otros canales”, explicó Carolina Stefano, profesora de historia y política rusas en la Universidad Luiss de Roma.

Si aceptablemente los productos llegan a los consumidores rusos, imponen una carga significativa a la riqueza rusa correcto al aumento de los costos de importación a través de terceros países o a los impuestos que cobran en el camino.

“En este caso, aunque de forma pequeña, las empresas siguen haciendo negocios con Rusia, a un coste muy elevado”, prosiguió.

Stefano explicó que en algunos casos no todos los productos forman parte de la relación de sanciones de la UE, lo que permite a algunas empresas seguir comerciando con Rusia con total rectitud.

“No sólo eso… el Kremlin incluso ha introducido medidas que han aumentado los costos para quienes deciden dejarse llevar el mercado ruso”.

Algunas empresas afirman que no fueron consultadas antaño de que Bruselas “se apresurara” a imponer sanciones a Moscú y que la carga de salir de Rusia cayó en diferentes niveles para los distintos miembros de la UE.

“Muchas empresas se sintieron excluidas en esta etapa, dada la velocidad de la diplomacia europea… sienten una sensación de injusticia, especialmente si la prioridad de promover una iniciativa europea pasó a afectar a cada país de modo diferente”.

La riqueza rusa impulsada por el pago marcial

En un artículo publicado por el Centro Carnegie Rusia Eurasia, Alexandra Prokopenko, ex empleada del Costado Central de Rusia y ahora miembro de Carnegie, dijo que las prohibiciones de importación están obstaculizando activamente cualquier perspectiva de crecimiento financiero a espacioso plazo.

Si aceptablemente este es precisamente el objetivo de las sanciones (es aseverar, paralizar la riqueza de una modo que haga claras las consecuencias de apoyar la refriega para los consumidores rusos), dejarán una grieta duradera en el potencial de crecimiento de uno de los países más grandes del mundo.

“Será muy difícil para el país acaecer de una riqueza de refriega a un maniquí de riqueza civilizada”, continuó.

Mientras tanto, el pago relacionado con el sector marcial y de defensa se ha duplicado de rodeando del 4% al 8% del PIB o el 40% del presupuesto estatal total.

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