
Otro impacto de la tromba de Colombo y de la tranquila etapa de grupos fue que el torneo no tuvo ningún peligro, no hubo sobresaltos ni sorpresas que hacen que los Mundiales de cualquier deporte sean tan especiales.
El maduro hubiera sido que Pakistán hubiera vencido a Inglaterra, como muy probablemente lo habrían hecho, si el clima no hubiera intervenido.
Es posible que esos juegos no hayan cambiado a los eventuales semifinalistas, ya que los cuatro finalistas fueron los que la mayoría habría predicho de todos modos, pero eso significó que se les fue quitado de las manos, y hubo que esperar hasta los octavos de final para que el torneo comenzara efectivamente.
Primero, Laura Wolvaardt sorprendió a Inglaterra con un majestuoso 169 y Marizanne Kapp destrozó a los bateadores con 5-20 mientras Sudáfrica dominaba en Guwahati, reescribiendo su argumento a posteriori de que fueron eliminadas por 69 allí en su primer partido.
El de Wolvaardt fue el primero de cuatro siglos (dos para ella, uno para Phoebe Litchfield y Jemimah Rodrigues) en semifinales que rezumaron clase, potencia y diplomacia para demostrar cuánto se ha desarrollado el distracción y lo que estas jugadoras pueden hacer en el ambiente más excelso.
Luego, Rodrigues encendió Navi Mumbai cuando India derrotó a Australia, campeona defensora, en un clásico de todos los tiempos, persiguiendo un récord de 339 bajo las luces brillantes que reavivaron las esperanzas de una nación a posteriori de haberse entregado a la desilusión luego de tres derrotas en la etapa de grupos.
Eso es lo que cambió el rumbo. Se formaron colas fuera del estadio más de 24 horas a posteriori del primer balón de la final, puestos y vendedores se alineaban en las calles vendiendo gorras, banderas y camisetas con los nombres de Smriti Mandhana y Harmanpreet en la espalda.
Cuando las estrellas se alinearon, las estrellas aparecieron: Sachin Tendulkar, el mayor anotador de carreras en la historia del cricket de prueba, pronunció una charla previa al partido para el equipo antiguamente del distracción y dejó a la multitud extasiada cuando caminó con el trofeo cerca de los jardines.
“Esto es India. Se necesita muy poco para despertar las emociones, para acertadamente o para mal, y eso es exactamente lo que sucedió”, añadió Wakankar.
“He tenido personas, amigos que son lo suficientemente influyentes como para poder conseguir entradas por su cuenta, que me llamaron durante el extremo día y medio y las entradas simplemente no estaban allí.
“He oreja que las familias de los jugadores, las familias extensas, han estado luchando por arribar al contorno de distracción”.
Para las celebraciones posteriores al partido, los jugadores de la India se pusieron diferentes camisetas con la palabra “Campeones” estampada en el frente. Los ex jugadores, leyendas como Jhulan Goswami y Mithali Raj, se unieron a la fiesta y se acento de un desfile de ganadores en Mumbai con el trofeo, una oportunidad para que aún más multitud vea a sus nuevos héroes.
Al final, fue Harmanpreet, a posteriori de abriles de casi fracasos en una carrera astral, quien entregó el prontuario más apropiado.
“Esto no es el final, es sólo el aparición”.
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