Tuesday, July 29, 2025

Alpine Adventures: Ninfa de senderismo en los Alpes franceses ocultos | Receso de Francia

Alpine Adventures: Ninfa de senderismo en los Alpes franceses ocultos | Receso de Francia

TLa baguette estaba recién desencajado de la boulangerie esa mañana, una fusión perfecta de presteza aireada y corteza crepitada. El pinrel, un gruyÚre dorado, dorado, habíamos comprado a Pierre: no habíamos esperado caminar mås allå de un humano, y mucho menos una fría, en la adolescente lugar de Rouet, y había tardado un tiempo en despertar al fabricante de pinrel desde sus gruesas paredes de la casa de campo. Pero por fortuna habíamos perseverado. Porque ahora eståbamos descansando en un valle de pino y pastos con el mejor såndwich que habíamos comido. Solo dos ingredientes. Tres, si cuenta el brisa de la montaña.

Plano para Queyras

A medida que avanzan los almuerzos, fue deliciosamente simple. Pero entonces, igualmente este alucinaciĂłn, claramente llamado “Senderismo en los Alpes franceses” en el sitio web. El nombre me habĂ­a parecido tan inimaginativo que estaba perversamente intrigado; Ahora parecĂ­a que MacS Adventure, organizadores de esta caminata autoguiada en la regiĂłn de Queyras, solo estaban siendo admirablemente al pizca.

Sí, Queyras. Yo siquiera había oreja musitar de eso. Bordados al meta y al este por Italia, con un encerrado por una legión de picos de 3.000 metros, este parque natural regional podría ser el rincón menos descubierto y mås francés de los Alpes. Queyras solo ingresó a la conciencia doméstico en 1957, luego de que las desastrosas inundaciones hicieron que las informativo brevemente encabezaron. El turismo se filtró. Pero sigue siendo poco conocido por los extraños, y siglos de agricultura y aislamiento no perturbados significan que su caråcter rural ha sido preservado.

Ceillac, la puerta de entrada al Parque Natural de Queyras. FotografĂ­a: Sarah Baxter

Incluso ahora que Qeyras requiere poco de esfuerzo para alcanzar. O tomas el camino cercano y del flequillo a través de las gargantas del río Guil desde Guillestre. O conduce sobre el coronel de 2,361 metros del zoard (de Briançon) o el Col Agnel de 2,744 metros (de Italia), los cuales prueban periódicamente los muslos de los jinetes del Tour de Francia, y los cuales se cierran durante el invierno, todos menos que cortan a Queyras del resto del mundo.

Aprovechando al mayor la colaboraciĂłn de MacS Adventure con los especialistas sin volos Byway, mi consorte y yo viajamos lo mĂĄs cerca que pudimos en tren. Salimos por la incertidumbre en ParĂ­s, bajamos al sureste de Francia, luego tomamos mĂĄs lentamente en direcciĂłn a Montdauphin-Guillestre, donde un Esforzado de la colina de VaubĂĄn Sondeo una reuniĂłn estratĂ©gica de valles. Finalmente, abordamos el autobĂșs escolar de fin de dĂ­a, uniĂ©ndose a los niños invertidos en las espectaculares vistas para exprimir el valle hasta Ceillac, Gateway en direcciĂłn a el Parque Natural.

El plan desde aquĂ­ era producirse seis dĂ­as caminando por una ruta circular que prometĂ­a subidas grandes y satisfactorias, pero no un circunscripciĂłn tĂ©cnico (y sin dormitorios o privaciĂłn compartidas). Cubriendo hasta 12 millas cada dĂ­a, y caminar durante un promedio de seis horas, usarĂ­amos partes del GR58 (el Excelso randonnĂ©e Eso circula queyras), asĂ­ como otros senderos para deambular entre las aldeas tradicionales. ComerĂ­amos pinrel, miramos por lagos y montañas, y generalmente se deleitamos en una regiĂłn que, segĂșn lo supuestamente, tiene 300 dĂ­as de sol al año y tantas especies de flores como a las personas (en torno a de 2.500 de entreambos).

El primer día, esto significaba caminar de Ceillac a Saint-Véran, sobre el Col Des Estronques (2,651 metros). Fue un buen manifestación, bajo los cielos azules de septiembre: habíamos llegado al final de la temporada de senderismo (el alucinación se extiende a mediados de septiembre), cuando los azafranes todavía salpican los prados y los Houseleeks, pero los arbustos de arbullitos comienzan a desobstruir los colores de las caídas y hay un sentido de cambio en el brisa.

‘La lugar mĂĄs reincorporaciĂłn de Europa’, aparentemente … Saint-VĂ©ran. FotografĂ­a: Jo Skeats/Macs Adventure

Nos unimos a una corriente de luz de otros caminantes, progresando por el valle a travĂ©s de Lonely Farmsteads y prados rebotando con grillos. Ruidosos choughs y una brisa bulliciosa nos dieron la bienvenida al paso mismo; 100 metros verticales mĂĄs nos llevaron a apañarse a TĂȘte de Jacquette, donde nos sentimos como monarcas de este reino de montaña. Es posible que estos no hayan sido los Alpes mĂĄs grandes (pocos picos lucieron cocaĂ­na, pero se extendieron en todos los sentidos, grandes olas de piedra caliza, dolomita, gabro y esquisto.

Desde el Col, caemos a través de Arolla Pine y Larch hasta Saint-Véran. A 2.042 metros, afirma ser la lugar mås reincorporación de Europa. Asimismo es una instantånea de la vida alpina antaño de que el mundo actual se filtre. La casa mås antigua, construida en el estilo tradicional de Saint-Véran, data de 1641 y ahora es el Museo Soum; La planta mengua, con sus paredes de piedra de medio metropolitano de grueso, es donde los animales y las familias dormirían juntos para el calor. Los pisos superiores, construidos a partir de troncos de årboles, se usaron para proseguir el heno, la cebada y el centeno; Los granos se convirtieron en panes gruesos que durarían todo el invierno, horneados en el horno comunitario.

Ese enorme horno de la lugar todavĂ­a se enciende varias veces al año, por festivales. Pero me complaciĂł ser alimentado en Hotel le Grand TĂ©tras (“Capercaillie”) en su superficie. AquĂ­, festejamos gratina d’Oreilles d’Ăąne (textualmente “orejas de necio”, en efectividad una deliciosa lasaña de espinacas) y se quedĂł en una habitaciĂłn simple con una perspicacia de cinco estrellas a los picos opuestos.

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‘Una perspicacia de cinco estrellas’ … en el Hotel Le Grand TĂ©tras, Saint-VĂ©ran. FotografĂ­a: Sarah Baxter

Luego de esto, nuestros dĂ­as se establecieron en un patrĂłn frecuente. Nos pusimos luego del desayuno para comprar suministros de picnic. Caminamos a travĂ©s de verde palomilla. CruzarĂ­amos un pase, Ă­bamos por un balsa o llegarĂ­amos a una cresta panorĂĄmica. Luego descendĂ­amos por el bosque o en direcciĂłn a un rĂ­o helado. Para la incertidumbre estarĂ­amos instalados en un atĂșn pueblo, bebiendo morapio a un precio arreglado, con una comida de mĂșltiples cursos o una fondue indulgente. El brisa siempre estaba fresco, los senderos siempre alegres, las multitudes en gran medida delgadas.

“EstĂĄ ocupado aquĂ­ a mediados de julio a mediados de septiembre”, dijo Christophe Delhaise Ramond, el dueño de un gĂźte en AbriĂšs donde nos quedamos una incertidumbre, mientras nos sirviĂł mĂ©lĂšze (Larch) Liceros mientras buscamos mapas. Luego reconsiderĂł: “Pero solo hay en torno a de 2.000 camas de turismo en el parque, por lo que nunca es tan malo”.

A TrÚs Français Pitstop en el parque de Queyras. Fotografía: Sarah Baxter

Es gracias a Christophe que hicimos un informal desvĂ­o al dĂ­a ulterior. SegĂșn lo planeado, subimos a 2,583 metros de Lac Grand Laus, un balsa tan brillante de color verde azulado que parecĂ­a que un poco de los mediterrĂĄneos se habĂ­a perdido en las montañas. Era espectacular, pero tan saciado como habĂ­amos conocido en cualquier superficie de Queyras. Entonces, por la sugerencia de Christophe, continuamos subiendo, abruptamente, hasta el Col du Petit Malrif, donde flores tenaces aparecieron a travĂ©s de las rocas y las vistas eran inmensas, llegando a los picos de cocaĂ­na.

Desde aquí, volvimos a hacer dos tarns mås pequeños, pero no menos mediterråneos, donde no había otras personas. En el segundo nos dejamos caer en la hierba de algodón y masticamos baguettes rellenas con Bleu de queyras. Nos quedamos allí mucho luego de que las baguettes se habían ido, escuchando el agua burbujeando en el rumbo. Finalmente, nos dirigimos, descendiendo a través de una hendidura rocosa. Pronto emergimos en una pista tan girada por hojaldres de seda Thistledown, era como si estuviéramos caminando en el país de las hadas. Pero no, todavía eståbamos caminando en los Alpes franceses, aunque una parte particularmente mågica.

El alucinaciĂłn fue proporcionado por Macs Adventure y Byway,; el autoguiado de siete noches Senderismo en los Alpes franceses alucinaciĂłn Costos desde ÂŁ1.150pp medio-junta. El transporte fue proporcionado por Camino apartadoque puede reservar trenes de regreso de Londres a Montdauphin-Guillestre, mĂĄs una incertidumbre en ParĂ­s en cada direcciĂłn, desde ÂŁ 734pp

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Jimit Patel
Jimit Patelhttps://butterword.com
📰 Periodista Independiente | 🌎 Entusiasta de las noticias latinoamericanas | Jimit Patel, un periodista consumado, entrega artĂ­culos de noticias confiables en español. Su escritura genera conversaciones, resuena con matices latinoamericanos y cubre eventos mundiales, estilo de vida, negocios, polĂ­tica, entretenimiento, viajes, deportes y tecnologĂ­a.

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