Mientras los delegados de casi 200 países se reúnen para una importante cumbre internacional sobre cómo abordar la amenaza del cambio climático, se enfrentan a una nueva era de incertidumbre para los compromisos climáticos de Estados Unidos a raíz de Donald Trump presidencial victoria electoral.
Trump ha dicho que en un segundo mandato volvería a salir del Acuerdo Climático de Parísun acuerdo firmado en 2016 con el objetivo de reducir emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global a no más de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Estados Unidos formalmente se retiró durante el primer mandato de Trump, pero luego se reincorporó bajo el presidente Biden.
CBS News se comunicó con la oficina de transición de Trump para obtener más información sobre sus planes.
Estados Unidos se unió a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un tratado internacional, en 1992 y ha asistido a sus conferencias (conocidas como COP, por “Conferencia de las Partes”) durante muchos años desde entonces, la más reciente la del año pasado. COP28 en Dubái.
Proyecto 2025el plan conservador elaborado por la Heritage Foundation para la próxima administración del Partido Republicano, del que el presidente electo se ha esforzado por distanciarse, exige que Estados Unidos se retire tanto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático como del Acuerdo de París.
¿Qué es la COP29?
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año, denominada COP29ya que es la 29ª Conferencia de las Partes, comienza el lunes en Bakú, la capital de Azerbaiyán, y se extenderá hasta el 22 de noviembre.
La cumbre anual, que se celebra en un lugar diferente cada año, reúne a líderes mundiales y miles de otros representantes de naciones que son parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su objetivo es hacer un balance de los avances en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (cada país establece sus propios objetivos y planes de acción) y en la limitación del calentamiento global.
Hasta ahora, el mundo está quedando muy corto de alcanzar estos objetivos climáticos.
En general, 2023 tuvo el mayor emisiones de gases de efecto invernadero jamás registradas, aunque aquí están actualmente 42 países donde las emisiones están disminuyendo, incluido el Estados UnidosChina, Rusia y en la Unión Europea.
Sin mayores reducciones en los próximos años, el mundo va camino de ver un aumento de temperatura de más de 3 grados Celsius, según un informe de octubre informe de la ONUque advirtió que tal resultado “traería impactos debilitantes para las personas, el planeta y las economías”.
Según el Acuerdo de París, los países actualizan sus objetivos de reducción de emisiones (conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDC) cada cinco años. La próxima actualización está prevista para febrero.
¿Quién irá a la COP29?
Este año, el presidente Biden enviará una delegación que incluye a John Podesta, asesor presidencial senior para política climática internacional, la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, y Ali Zaidi, asesor climático nacional de la Casa Blanca. La vicepresidenta Kamala Harris representó a Estados Unidos en conferencia del año pasado.
La reunión en Bakú será más pequeña que algunas cumbres anteriores por varias razones, incluyendo menos pases para asistir y espacios de hotel, y preocupaciones sobre el historial de derechos humanos de Azerbaiyán y su economía basada en la producción de petróleo.
Varios otros líderes mundiales han optado por no asistir este año, incluido el presidente francés Emmanuel Macron, el presidente ruso Vladimir Putin, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El gobernador de California, Gavin Newsom, tampoco asistirá, aunque California suele tener una fuerte presencia en la conferencia.
Se espera una mayor asistencia a la COP30 del próximo año en Brasil, cuyo presidente mostró un mayor compromiso para abordar las emisiones y el financiamiento climático.
¿Qué significará una presidencia de Trump para la participación de Estados Unidos en los esfuerzos climáticos globales?
Los expertos dicen que retirarse de importantes acuerdos climáticos tiene el potencial de aislar a Estados Unidos en las negociaciones climáticas globales y podría alentar a otras naciones con altas emisiones, como China, a restar prioridad a sus reducciones de emisiones. Dejar el Acuerdo de París significaría que Estados Unidos no tendría que informar sobre sus emisiones cada año y tendría responsabilidades legales más débiles para proporcionar financiamiento climático a los países en desarrollo.
Pero si bien abandonar estos compromisos globales sería un gran revés a los ojos de los defensores del clima, no impediría que los gobiernos estatales y locales, las empresas o las organizaciones sin fines de lucro den un paso al frente.
Tras la victoria de Trump, varias organizaciones de defensa del clima emitieron una serie de declaraciones reiterando su compromiso con las inversiones en energía limpia, la reducción de las emisiones de carbono y la protección del medio ambiente. También se espera que los gobiernos estatales y locales continúen invirtiendo en iniciativas como programas de tope e inversión, neutralidad de carbonoy mejoras de infraestructura.
Tampoco es probable que otros países desechen sus compromisos climáticos.
“Estoy sorprendido por la última vez que esto sucedió, incluso con la conmoción, ni un solo país siguió a Estados Unidos al retirarse del acuerdo”, dijo Jonathan Pershingdirector del programa de medio ambiente de la Fundación William y Flora Hewlett y ex enviado especial para el cambio climático del Departamento de Estado.
Retirarse del Acuerdo de París requeriría al menos un año completar, y un futuro presidente tendría el poder de volver a unirse si así lo desea, tal como lo hizo el presidente Biden después de que Trump abandonó el acuerdo durante su primer mandato.
Por otro lado, una retirada de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático podría tener un impacto aún mayor a largo plazo. Salir del tratado global sacaría a Estados Unidos del escenario internacional de las discusiones sobre el clima y podría obstaculizar la capacidad del país para participar en negociaciones en el futuro. El Senado de Estados Unidos ratificó su adhesión a la CMNUCC en 1992, lo que, según los expertos jurídicos, podría hacer que la retirada fuera un proceso más complejo.
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